Cobarde,
¿a quién pretendes engañar?
No sabes estar sola,
no te hagas la dura.
No me hables de falsa comodidad
y deja de morderte las uñas.
Deja de mirarme así.
Deja de fingir que me quieres.
Deja que te explique lo que son los caprichos.
Cobarde y mentirosa,
¡maldita sea!
Vete por donde has venido.
Y, escúchame bien:
no vuelvas jamás.
Abrázate al conformismo
cuando rompas a llorar.
Prefiero una cerveza.
Y otras cinco después.
Prefiero escribirte otra vez borracho,
y que sea la última.
No.
Prefiero mandarte a la mierda ahora,
y que sea ésta la última palabra que te escriba.
Adiós.
Excelente!
¿Cuántas veces decimos adiós y cuántas veces volvemos? Qué palabra, siempre viajando por libre.