Hay muchas cosas que nunca te he dicho.
Hay muchas cosas que nunca te he mirado.
Hay muchas miradas que nunca te he hecho.
Y hay muchos hechos que nunca han pasado.
Y no, no ha sido por falta de ganas. No ha sido porque no existieran. Nunca estuve muerto por dentro, sino todo lo contrario. He sido una maldita bomba de sentimientos encerrados sin detonador. Quise explotar pero nunca pude. Hoy me queda la más grande frustración junto a la inmensa montaña de quizás y recuerdos de un futuro inventado que aún imagino pero que no sé si llegará. La tortura de la incertidumbre. La certeza de lo inevitable. ¿Certeza he dicho?
Me hubiera gustado enredarme entre tus piernas todas y cada una de las noches en las que moríamos de frío separados. Y también en las que moríamos de calor portando el corazón helado. Me hubiera gustado poder sonreír la complicidad de los desastres. Me hubiera encantado deshacer la cama sin remordimientos y vivir más dentro de ti que fuera. Me hubiera gustado acariciarte por detrás de la oreja y besarte la nariz. Apretarte fuerte el culo en la cocina y morderte los labios. Porque sí. Me hubiera encantado que las canas fueran de planes y no por falta de ganas.
Pero sin duda alguna, lo que más me hubiera gustado de todo es ser. Ser libre para volar. Volar libre para ser tuyo.
Y no al revés.
¿Seremos,
algún día?
Los números son injustos. Eres jodidamente bueno y trasmitiendo revoluciones del corazón, del cuerpo y sólo parece que te visite yo y dos más. Los números son injustos, pero no me puedo hacer responsable de ellos.
Eso, que me encanta lo que escribes, desde el principio además. Un beso.
Con comentarios así, ¿quién necesita números? Muchas gracias, de verdad.
Jajajaja 😀
es que vengo de carrera de números metiditos en tablas que se escrutinaban al máximo . Ilusos, como si realmente eso mostrase algo de la vida de verdad.
Jajaja, cierto. La verdad de los números no desprende calor suficiente. Yo siempre pensé eso 🙂
Sip, demasiado impersonales y engañosos.