Ha vuelto el viento. Ese viento maldito que agita los árboles, los pone nerviosos. Es como si quisieran bailar juntos, pero no llegan nunca a tocarse. Así se inquietan más. Al final se enfadan. Condenado viento, que remueve las palabras y susurra para que no se le entienda. Que despega las hojas muertas del suelo y las apila en la puerta de mi casa.
Viento egoísta, que trastoca todo.